La Palabra de Dios

La Iglesia latinoamericana continúa viviendo el calor del fuego derramado en Aparecida, Brasil: redescubrimos la alegría ser discípulos y misioneros y se nos invita a ver con mayor cercanía lo complejo de esta nueva época. Y mientras Latinoamérica acoge los frutos de la V Conferencia General, a mediados del 2008 la Iglesia Universal nos propone la figura de San Pablo para que dediquemos todo un año a conocerle, para poder recobrar su urgencia por evangelizar, profundizar en sus cartas y enriquecernos con su vida y su obra. No esta demás recordar que San Pablo es, con suficientes razones, patrono de nuestro Movimiento.

Es en esta dirección, jaloneado por estos momentos de gracia, se realiza el Sínodo sobre “La Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia”.

Por la centralidad que reviste el tema de La Palabra de Dios para la vida como discípulos y misioneros, es que se definió proponerlo como tema general de la XXX Ultreya Nacional.
Siendo la Palabra de Dios la fuente donde el discípulo y misionero se nutre, nuestro lema subraya su característica de ser alimento. Pero no es una comida pesada que invita a una siesta, sino un alimento que nos da energía para caminar, para avanzar, para peregrinar, para misionar.
La Palabra de Dios nos moviliza, es fuego que nos “quema dentro” para construir el Reino de Dios, que es compromiso a favor de la vida de nuestros hermanos más pequeños.